sábado, 9 de abril de 2011

[Acto: 0.1]

La ira, invadió espontáneamente sus bellos ojos pardos, su frente, ahora corrugada, su nariz con ambas fosas dilatadas, daban , irónicamente, un punto extra de belleza, con un toque de ternura; su negra y larga cabellera no ayudaba a mostrar sus verdaderos sentimientos, al moverse a voluntad del viento mostrándola como una figura divina, su delicado cuerpo, ahora tenso la imposibilitaba de hacer algo de lo que su mente le proponía.

Entre sus manos blandía un cigarrillo, la furia se dibujaba en los hilos de humo que desprendía el mismo, cenizas caían artísticamente sobre su ropa, que se ajustaba a su figura, que incluso en momentos como este, robaba suspiros a hombres y a mujeres por igual. De su boca se asomaba su bella dentadura, manchada por la nicotina y tantas tazas de café de sabores, colores y costos indistintos, mientras pronunciaba palabras ininteligibles , de esas que son la mezcla de sentimientos, tales como furia y tristeza.

Sus oídos ahora sumamente sonrojados, distinguieron a lo lejos canciones que solo habría apreciado, bajo peticiones ajenas. Su paso firme, hacia que su tensa y angelical figura, trazara, una iracunda ruta a un lugar, que desconocía, alimentada por su esperanza de desaparecer y liberar su furia, destrozando con la mirada lo que se interpusiera entre ella y su destino tratando, sin éxito alguno, demostrar su animadversión hacia el mundo tan injusto, tan torpe, tan inepto, tan amorfo y tan tanto que la rodeaba, tan solo para encajar perfectamente en la belleza superficial de la primavera.

Un rayo de luz solar, ese astro que siempre ha causado un asco y odio inexplicable en esta belleza incomprendida, se coló por entre las ramas de los arboles, causo que cerrara los ojos, de los cuales escapo una lágrima furtiva, que de haberse dado cuenta la dueña de la prisión de estos sentimientos encontrados, e inspiradora de esta descripción, habría estallado, en un llanto incontenible, ese característico de la decepción, causando a su ves ira contra ella, contra el mundo, mismo que causo que se fallara, que fallara su promesa de no mostrar auto-compasión.

Con un movimiento casi efímero, que cautivo a quienes estaban presentes y la observaban de una distancia segura, arrojo el sobrante de su mortal arma, una colilla de cigarro, que fue a dar contra una coladera no muy lejana.

2 comentarios:

  1. Con un movimiento casi efímero, que cautivo a quienes estaban presentes....y arrojaste las palabras exactas niño esta genial!!!


    Que gana el PUMAS NO? XD!!!!

    Gomita..

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  2. Bastante bueno imagine la colilla del cigarro...la imagine a ella :D me gusta es usted bueno en lo que hace

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